Muchas veces nos hemos preguntado
porque precisamente esta parte de los cielos es fielmente reproducida en varios
monumentos antiguos alrededor del mundo.
La constelación de Orión es un patrón estelar que se repite principalmente
en pirámides a través de todo el mundo, desde Egipto hasta México, esta
constelación ha sido el centro del cielo para nuestros ancestros, pero ¿por qué
era tan importante para las civilizaciones antiguas?
La ciudad de Teotihuacan se encuentra
alineada astronómicamente, consistentemente orientada de 15 a 25 grados al este
del norte verdadero (no el norte magnético) y la cara frontal de la Pirámide
del Sol es exactamente perpendicular al punto del horizonte donde el sol se
pone en los equinoccios. El resto de los
edificios ceremoniales se construyó en ángulos rectos con la Pirámide del Sol y
la Avenida de los Muertos apunta directamente a las Pléyades.
Otra alineación importante es la
estrella Sirio, sagrada para los antiguos egipcios, que ha llevado a pensar en
que había una asociación entre las pirámides de Egipto y México. Orión más que una constelación es un fenómeno
global.
LA CONSTELACIÓN DE ORION
Orión es claramente visible en el
cielo nocturno de Noviembre a Febrero.
Se encuentra en la parte suroeste del cielo si estás en el Hemisferio
Norte o en el noreste si te encuentras en el Hemisferio Sur. Su ascensión es 5 horas y su declinación es
de 5 grados.
Las estrellas prominentes de Orión se
encuentran en el cinturón, Alnilam, Alnitak y Mintaka. La segunda estrella con más brillo,
Betelgeuse, se encuentra en el hombro derecho del cazador Orión y Bellatrix sirve
como el punto que muestra su hombro izquierdo.

Otras estrellas de esta constelación
de Orión incluyen a Hatsya que forma la punta de la espada y Meissa que forma
la cabeza de Orión. Saiph aparece como
la rodilla deecha y Rigel la rodilla izquierda.
Los
astrónomos generalmente se refieren a Orión como M42 y en su nebulosa es donde
nacen las estrellas, así que la constelación de Orión es una de las formaciones
estelares prominentes del cielo nocturno y ha sido reverenciada por las
culturas antiguas alrededor del planeta por miles de años. Fue nombrada por el semi-dios griego Orión en
el siglo VIII d.c. cuando se conectaron las estrellas de la cabeza, hombros,
cinturón y los pies de un hombre. De
acuerdo a la mitología griega Orión era un gigante nacido con habilidades
sobrehumanas, hijo de Poseidón dios de los mares, y era un poderoso cazador que
mataba animales con su estaca de bronce, cuando este héroe griego fue muerto
tomó su lugar entre las estrellas para la eternidad.
Pero mucho
más atrás en el tiempo y de acuerdo a la mitología egipcia, los dioses descendieron del cinturón de Orión
y de Sirio que es la estrella más brillante del cielo. La antigua civilización egipcia creía
firmemente que tanto de Sirio como de Orión llegaron seres con forma humana –
Osiris e Isis que dieron paso a la creación de la raza humana.
Sirio y
Orión son sumamente importantes pues
representan a Isis y Osiris, diosa y dios de los cuales toda la civilización
egipcia y, en última instancia, toda la raza humana desciende. Los antiguos egipcios fueron muy específicos
en ello y hay evidencia escrita de que Orión está ligado a la creación. Orión y Osiris son lo mismo en el antiguo
Egipto y los egipcios creían firmemente que Osiris regresaría de Orión algún
día.
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KUKULKAN ó GUKUMATZ |
Pero no
solamente en Egipto encontramos estos “dioses” que prometen regresar, sino que prácticamente en cualquier cultura
antigua se tenía el conocimiento de estos regresos, Quetzalcóatl o Kukulkan en
esta parte del mundo es conocido por la misma promesa de regreso.
El
concepto de que las tres pirámides en Giza forman un alineamiento con el
cinturón de Orión es fantástico. ¿Cuál
es el objeto de que la Gran Pirámide tenga un “canal de ventilación” dirigido a
Orión y otro hacia Sirio. Estas son
preguntas que hasta el día de hoy no se han podido responder con certeza por
los arquéologos oficiales, aunque los apócrifos hayan dado a conocer varias
teorías.
Unos 800
kilómetros al sur del Cairo encontramos una planicie desolada en la
región este
del Desierto del Sahara, el misterioso sitio arqueológico conocido como Nabta
Playa. Descubierto en 1974, los
investigadores creen que las piedras desparramadas ahí fueron una vez parte un
gran centro ritual para una civilización anterior a los egipcios. Nabta Playa es diferente, no es un
asentamiento, la parte central es un círculo formado por piedras que ha sido
llamado “el mini Stonehenge del desierto”.
Por más de tres décadas esta estructura circular y su intrincado
alineamiento con las estrellas de la Constelación de Orión ha intrigado a los
arquéologos. Los constructores de Nabta
Playa parecían tener un nivel de conocimiento de la física y un entendimiento
de la matemática que les permitó la construcción de estas estructuras en
relación a la Constelación de Orión.
El
ingeniero Robert Bauval y el astrofísico Thomas Brophy han estudiado la configuración
de este misterioso monumento por más de diez años, en su libro “Génesis Negro” sugieren que el
círculo de piedra es un diagrama de las estrellas que se alinea con las
estrellas de Orión en el solsticio de verano.
El círculo calendárico que es un diagrama más pequeño representa un
calendario y muestra como el cielo se mueve a largo plazo. Así que cuando vemos este arreglo lo que
visualizamos es una forma actualizada del calendario estelar en el círculo de
Nabta Playa.
De acuerdo
a la datación por radiocarbono el sitio fue construido hace cerca de 7,000
años. Tomando esta fecha en cuenta,
Brophy estudió la posición de las puertas y las piedras centrales y descubrió
que en el 4,900 a.c. fue cuando tres de las piedras centrales se alinearon con
precisión absoluta con las tres estrellas más brillantes de la Constelación de
Orión.
Por otro lado, a unos pocos kilómetros al norte de la Ciudad de
México se encuentran las ruinas de Teotihuacan, una vez habitada por más de
150,000 personas. Los investigadores
datan este complejo 2,000 años antes de Cristo y, como las pirámides de Giza en Egipto, sus
monumentos apuntan directamente a las tres estrellas en el Cinturón de
Orión. Esto no es coincidencia ya que
existen demasiadas evidencias y Orión es claramente un sitio muy importante en
el cielo para las civilizaciones de América y África.
El arreglo en el sitio de las pirámides de Teotihuacán de
acuerdo a la formación del Cinturón de Orión es tan claro como el agua, se dice
que es un punto de creación.
Históricamente se dice que en el año 3,114 a.c. los dioses bajaron de los cielos a la Tierra
en grupo y esta reunión ocurrió en Teotihuacan.
Su construcción se atribuye a los Gigantes Quinametzin, una raza
de gigantes que, cuenta la leyenda, poblaron el mundo durante una era previa y
cuyos supervivientes estaban escondidos en esos días. “Los Quinametzin fueron creados durante la
era del “Sol de Agua” y su gobernante era Tlaloc. Su reinado terminó cuando Quetzalcóatl hizo “llover
fuego” y los Quinametzin fueron quemados.
Algo muy interesante de las pirámides de Teotihuacan es que
parecen reflejar el posicionamiento de chips de computador desde el cielo.
“El arreglo de la ciudad
parece un tablero de circuitos de computadora con 2 grandes procesadores. Las pirámides del Sol y la Luna son
conectadas por una larga, ahora llamada Calzada de los Muertos, que corre de
norte a sur pero existe otra calzada, de igual longitud, que corre de este a
oeste. A lo largo de esta calzada, hay
una serie de montículos abiertos con pequeñas plataformas. Existen numerosas similitudes con las
pirámides de Giza en Egipto ya que se usan las mismas medidas matemáticas. La base de la Gran Pirámide y la pirámide del
Sol ambas miden 228.75 metros cuadrados y la pirámide del Sol tiene exactamente
la mitad de altura que su contraparte de Giza” History Channel.
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