sábado, 20 de mayo de 2017

LA SEPARACIÓN EN TIEMPOS DE CAMBIO


Aun cuando comenzamos este año sabiendo que es un año de transición, de enormes cambios,  donde toda estructura interna debe ser rota para ser nuevamente reconstruida en los nuevos tiempos, nos damos cuenta,  a poco de llegar a la mitad del año, que  aquello que intuíamos no es ni con mucho lo que nos ha tocado vivir a muchos de los que escogimos estar en este camino de luz.

Muchas cosas salen a la luz día a día en el ámbito mundial mostrándonos la crudeza de lo que la oscuridad tiene para ofrecer,  vociferando día con día un consabido “no me iré” o “no podrán nunca conmigo”.   Cuando menos,  los eventos con los que desayunamos, comemos y cenamos así nos lo dejan ver y se vuelven la plática cotidiana de miles de personas.  Pero más allá de lo que vive la humanidad en lo general y en lo particular es nuestra propia oscuridad la que está saliendo a flote para mostrarnos aquello de nosotros que aún nos domina, que no se quiere alejar porque tenemos tanto tiempo acomodados a ella que nos cuesta trabajo, la mayoría de las veces, siquiera percibirla.

Y esta oscuridad surge, afortunadamente, para mostrarnos en que andamos fallos todavía.  Para algunos de nosotros estos aprendizajes están versando en cuanto a separaciones o duelos se trata, de aprender el desapego pero ahora sí en serio.  Seres queridos que parten de este plano para mostrarnos que nada de lo que supuestamente se interponía entre nosotros, opiniones o formas de ser,  vale la pena porque al final lo que recibimos de ellos fueron grandes enseñanzas y muchos momentos felices, además que si en algún momento tuvimos desacuerdos fueron nuestros egos los que nos tendían la trampa por lo que ahora tenemos que estar más atentos a que esa parte de nosotros no nos juegue una mala pasada.

Otros estamos viviendo también la separación de amigos, compañeros de trabajo o familiares que se van de nuestras vidas para seguir las suyas.  Muchas de estas separaciones son voluntarias simplemente porque necesitamos el tiempo y el espacio para encontrarnos a nosotros mismos.

También es tiempo de vivir las despedidas de aquellos que amamos y nos amaron incondicionalmente y que han formado parte de nuestra familia durante muchos años dándonos su compañía y su cariño desinteresadamente, nuestras pequeñas mascotas, acompañándolas con amor y agradecimiento hasta que finalice su ciclo. 

Muchas personas me han comentado que no tienen mascotas y no porque no les gusten los animales, sino porque no quieren sufrir cuando llega el momento de su partida, y yo a mi vez me pregunto,  ¿qué,  entonces,  si tuvieran oportunidad tampoco tendrían familia y amigos para no sufrir cuando llegue el momento en que dejen sus vidas?



El sufrimiento de la separación forma parte del aprendizaje en esta vida porque nos muestra que todo el tiempo todo cambia, que nada permanece y que todo es cíclico,  que es inútil aferrarse a las cosas, a las personas, a las circunstancias porque no permanecerán ahí indefinidamente. El cambio es algo que a muchos nos incomoda y puede llegar a darnos miedo,  pero lo más hermoso que nos muestra es el gozo que podemos encontrar en disfrutar de aquello que está en nuestras vidas,  mientras está en nuestras vidas. 

La dicha de compartir,  desde el corazón,  la compañía de aquellos que nos regalan con su presencia en estos tiempos de aprendizaje,  para que precisamente aprendamos de todas las experiencias que interactuamos con ellos y sigamos evolucionando en este maravilloso viaje llamado vida.

En amor, Shaktrin